Jack Canfield en sus libros y conferencias insta a aplicar y a entender una fórmula que explica el porqué algunas personas son exitosas y otras no, lo que se concluye de la fórmula que aprenderás en las próximas líneas es:
Acepte que usted es responsable por cada resultado.
Este principio lo compartimos definitivamente cuando de ser exitoso se trata.
E+R=D
Evento + respuesta = desenlace
No siempre se tiene control sobre el evento, pero sí sobre la forma en cómo lo afrontas.
No puedes cambiar los despidos, el accidente o a tu compañero negativo, pero sí la forma en cómo te manejas frente a ello.
2 clases de personas.
En mis charlas y talleres en Costa Rica que comparto con altos directores de empresas y universidades, con operarios y personas que trabajan en la calle, he visto quienes al realizar determinados ejercicios se cierran a nuevas ideas, creen que no aplican en sus casos y desechan inmediatamente, quizá por un sobre exceso de confianza en su experiencia pero que definitivamente les limita en experimentar otros resultados y eso también es su responsabilidad; otros en cambio al menos no las descartan y escuchan; y mejor aún otros las aplican.
El primer grupo de personas siempre dicen que no es posible aplicarlo a su circunstancia, que otras personas son difíciles y que con ellas no se puede, que no los dejan trabajar.
Desde el momento en que culpemos a otros por nuestros resultados no estamos aceptando total responsabilidad por nuestros resultados.
Propuesta para el éxito.
La propuesta de hoy está en comprometerse a aceptar el 100% de la responsabilidad.
Aunque no lo creas posible, cuando te riges por este principio pasas de ser víctima a ser creador.
Así aunque existan personas que son una traba en tu camino decides en lugar de culparlos, volver a ver las posibilidades con que cuentas, a preguntarte si tú también has fallado o te limitas en algo.
Cuando aceptas total responsabilidad buscas la forma o recursos para cambiar en lo que puedas las circunstancias porque aceptas que cada resultado lleva tu sello.
Ejemplos.
¿La otra persona te odia? En lugar de criticarla te preguntas cómo las cosas llegaron a ese término y qué podrías hacer mejor en una similar circunstancia.
Que si no tienes el dinero o no recibes el suficiente apoyo, analizas qué has dejado de hacer, en quienes todavía apoyarte o cómo conseguir ese apoyo por otro lado.
Que si tienes un empleado sumamente difícil, te preguntas qué circunstancias lo han permitido o en el peor de los casos como prescindir de esa persona siguiendo las políticas y parte ética.
Entonces sí, hay una gran diferencia entre aceptar que cada resultado es tu responsabilidad a justificar que las otras personas son el problema.
Siempre habrán personas difíciles, empresas con déficit, circunstancias adversas y es ahora tu decisión si las culpas o tomas el timón de tu barco para dirigirte a dónde quieres llegar aunque hayan olas altas, no dejes tu camino y tu futuro en lo que hagan o dejen de hacer otros; el potencial esta en ti.