¿Le parecería ridículo si le propongo lo siguiente?
Le compro su casa o carro y a cambio le doy cacao.
¿Qué tal? ¿Es una idea loca?
Bien si usted ya conoce un poco de la historia de nuestros países sabrá que el dinero de antes era el precisamente el cacao, con ello se pagaban los trabajos, se canjeaban, etc. La diferencia es que ahora son billetes.
Tanto el cacao como el billete son cosas simbólicas a las cuales les asignamos un valor, como por ejemplo también los números, un 20 existe solamente en nuestra mente y al simbolismo 20 le hemos asignado un valor, posteriormente se nos han enseñado que así es.
Igualmente sucede con las palabras que usted lee en este momento, sólo son símbolos a los cuales le hemos asignado determinado valor.
Si usted ve palabras en un idioma que no conoce eso no significa nada para usted, solo para quienes le han asignado un valor.
Pero hay muchas cosas más a las cuales hemos aprendido a asignarle un valor, por ejemplo a un grito, a un lápiz golpeando rápidamente una mesa, a un «NO», a la soledad, al color blanco y al negro, al oro, a una corbata, al divorcio, a la lluvia, a una canción, etc.
El punto es que una vez les asignemos un valor ese es el significado que tiene para nosotros. Por ejemplo la soledad puede tener un significado malo para nosotros, pero en otros lugares y con otras personas podría ser positivo, hablemos también del significado de la vejez en algunos países y el que le dan en otros, para unos puede ser «disfuncionalidad» y para otros «respeto y sabiduría» y con tal hayas aprendido a darle uno u otro valor esto determinará tus sentimientos hacia ello, por lo tanto la principal conclusión que deseamos que visualices es:
Lo malo o bueno no está en las cosas, sino en el valor que le asignamos.
Una vez visualices esto estarás en capacidad de conquistar el mundo. Lo bueno o malo está en nuestras mentes, un fracaso para alguna persona puede ser el final, para otra un aprendizaje; «ir perdiendo» para algunos será muestra de su debilidad; para otros una forma de demostrarse quienes son.
Tus malos sentimientos, tus frustraciones son resultado de valorizaciones que le damos al mundo externo.
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La estrategia.
La tarea de hoy está en volver a ver lo que se puede aprender, de las opciones o alternativas que todavía tienes ante las circunstancias, de visualizar el «y si me atrevo y lo intento», en no solo asignarle el peor valor, porque eso es solo un reflejo de lo que has aprendido a valorizar, sino en hacer nuestro mayor esfuerzo por asignarle un valor de » como esto me permite ser mejor persona y como me hace más fuerte».
A partir de hoy le puedes dar un valor muy diferente al cacao, le puedes asignar un valor diferente a como te han enseñado a valorizar el abandono, la pobreza, la indiferencia del otro, a los obstáculos, etc.
La lluvia que caerá en tu vecindario será valorizada de muy diferentes formas por las personas que viven ahí, para algunos será el final de sus planes, para otro el momento perfecto para hacer el amor, no será la lluvia en sí, sino la valorización que le den las personas.
Cuida mucho la explicación que le das a las cosas, porque si la constante son valorizaciones negativas no es tan difícil saber que la estarás pasando muy mal y que la última persona en darse cuenta seas tú, porque una vez creas esas valorizaciones negativas como la única explicación, así será tu realidad de las cosas.
Recuerda una vez más que el potencial siempre ha estado y está en ti, es el mayor regalo divino que nos ha podido dar, la posibilidad de crear lo que deseas, y está ahí y entre más constructivo sea, la pasarás mucho mejor.